En cuatro simples pasos:
- Usá agua fresca de la canilla. Si ya hirvió antes, perdió cualidades y alterará el sabor de la infusión.
- Enjuagá la taza con agua caliente, así la preparás y la vas poniendo a temperatura.
- Si es en hebras, poné una cucharadita por taza, idealmente en la tetera. Las hebras aumentan de tamaño en el agua, y necesitan espacio para expandirse.
- Dejálo infusionar el tiempo justo, que depende de cada blend y suele estar indicado en la lata. O probá hasta encontrar tu propio punto, avanzando minuto a minuto, para que las hojitas no se quemen y se amarguen.
Fuente: Tea
Connection.
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